martes, 10 de noviembre de 2009

Sin pensar....


Aquella mañana salió despacio de casa. Caminaba lentamente calle abajo, sin pensar, dejándose llevar.

El viento hacia revolotear en pequeños círculos las hojas caidas unos días antes. Le gustó ver como las hojas bailaban y se sentó en un banco a observarlas.

El viento cesó, las hojas volvieron a caer esparcidas a lo largo de la acera, se levantó del banco y continuó calle abajo. Las manos metidas en los bolsillos, la mirada ausente, la música inundando sus oidos. Siguió calle abajo dejando que sus pies decidieran donde ir.

A su alrededor la gente caminaba con paso firme, la prisa en sus miradas. Ancianos que arrastraban su vida a cada paso, niños corriendo lejos de sus madres. Y a él no le importaba nada. Veía todo a su alrededor pasando como las escenas de una película antigua.

Aquella mañana salió de casa para ir a trabajar, pero ahora lo había olvidado. No le importaba más que pasear calle abajo, sin pensar, dejándose llevar.