jueves, 16 de junio de 2011

Piedras

Hacía mucho tiempo que no escuchaba los pájaros cantar, el murmullo del agua brotando de las rocas, un silencio lleno de sonidos que transmiten verdadera paz. La quietud de las montañas, el agua cristalina, los peces, la soledad compartida que ya no es soledad, es compañía. Un gran día lleno de nada que lo llena todo, el vacío completo de uno mismo que se llena con silencios compartidos, con sonrisas...
El placer de pasear por la montaña y alejarse de todo por un día, sentir que el rumor de la cotidianidad se ha quedado en casa con el ruido de la gran ciudad. Sentir que se ha vivido en un día toda la eternidad.